lunes, 20 de julio de 2020
El llamado "centro", la nueva derecha
jueves, 16 de julio de 2020
¿Empeñar el país, la última carta del uribismo?
La extrema derecha, representada por el uribismo, está viendo amenazada su permanencia en el poder: los colombianos ya no confían en los medios de comunicación y el expresidente Álvaro Uribe cada vez cae más bajo.
Colombia es el único Estado que se hace llamar demócrata, al mismo tiempo que utiliza algo tan grave como una pandemia para orquestar el robo más grande de la historia: el país está en manos de unos pocos que lo controlan a su favor y funciona para las grandes mafias y oligopolios.
No hace falta entender mucho de política para darse cuenta de la ineptitud de un gobierno que baja los intereses a los bancos con la excusa de inyectar liquidez a la economía nacional, cuando lo más probable es que esté pagando favores a las grandes empresas que invirtieron en la campaña de Iván Duque y que ahora quieren ver sus ganancias (Grupo Aval, por ejemplo, financió más del 66 % de la campaña del actual presidente).
Sea como sea, la actual coyuntura mundial le otorgó poderes dictatoriales al presidente más ineficiente de la historia: un bailarín que dispone de un programa de telerrealidad todos los días a las 6: 00 p.m. para hablar tonterías y tratar de maquillar su falta de inteligencia e inoperancia; un sujeto que nadie conocía y que llegó por una lista cerrada a la política; un ineficiente que nunca obtuvo un solo voto por sí mismo, ya que todo lo ha conseguido sentado en las piernas del peor presidente que hemos tenido que padecer y el respaldo de una mafia que ha conseguido todo su poder por las vías más violentas.
Todo indica que el próximo presidente, que seguramente será Gustavo Petro, tendrá que recibir un país en llamas: con las empresas públicas privatizadas, el peor hueco fiscal y una nación cansada de que la sigan saqueando. En esa escenario, Petro no podrá gobernar tranquilo ni mucho menos implantar alguna de las reformas que ha propuesto, por lo que deberá arreglárselas para sacar adelante a un país en quiebra; es decir, se limitará solo a tapar huecos.
Este es el último año que vemos a la mafia en el poder, algo que ellos saben. Por eso parecen estar saqueando nuestros recursos, mientras nosotros estamos asustados y quebrados por la coyuntura nacional. Debemos estar preparados para el mayor escándalo que se haya visto en toda nuestra historia: todo parece indicar que se están repartiendo el país.
Reforma agraria, la fórmula para el desarrollo de Colombia
jueves, 2 de julio de 2020
La crisis económica por Coronavirus
Para nadie es un secreto la gran recesión que ha desatado la
actual pandemia que nos azota. Una enfermedad que provocó el confinamiento de
la mitad del mundo, provocando el cierre de la mayoría de las actividades
económicas, con excepción de algunos sectores de primera necesidad.
Latinoamérica es el continente más afectado por la cuarentena
obligatoria, ya que es el continente más desigual y al mismo tiempo el más
pobre; un lugar donde prima el trabajo informal y los bajos salarios. Colombia
es uno de los países más afectados en esta parte del mundo, una nación que
confió su salud y vida a los sectores privados que se lucran con un derecho
universal. Un sistema sanitario de precarias condiciones que nunca ha podido
atender a toda la población que lo requiere, donde las personas tienen que
esperar horas infinitas en las puertas de los hospitales para ser atendidos.
La única opción que tuvo el presidente Iván Duque fue una de
las cuarentenas más prolongadas que se han llevado a cabo en occidente. Esto
provocó que la mayoría de las personas que se vieran drásticamente afectadas;
tanto los informales que viven del día a día sin tener derecho a pensión ni
seguridad social, como los empleados que tuvieron que ser despedidos porque sus
empleadores quebraron. Los analistas económicos predicen que no vamos a salir
de las crisis hasta el año 2021.
Una crisis que no quiere dejarnos en paz, una coyuntura que
se transformó en un fenómeno de la economía; la peor crisis de la historia.
Iván Duque, el socialista inverso
Uno de los temas de actual coyuntura nacional, es la
polémica «hipoteca inversa» propuesta por el gobierno del presidente Duque.
Algo que ha causado rechazo en la mayoría de los colombianos que la califican
como una reforma para empobrecer aún más al pueblo.
La hipoteca inversa es una operación financiera dirigida a
los adultos mayores de 65 años que posean casa propia; consiste en convertir en
dinero el valor que representa su vivienda sin perder los derechos de la titularidad,
al morir el dueño del inmueble, la entidad se queda con la propiedad. El
gobierno nacional propone esta medida como una alternativa para las personas
que no alcanzan a pensionarse. El presidente vende esta idea como una
alternativa para que los ancianos puedan tener una vejez digna; algo muy
improbable en un país donde solo el 20 % de la población está afiliada en algún
régimen de pensiones. Un país donde más de la mitad del empleo es informal,
poco más de 10 millones de personas gozan de seguridad social y la
tercerización acabó con los pocos derechos que les quedaba a los trabajadores.
La derecha que nos ha gobernado desde siempre, ya nos expropió la salud, la
educación, la pensión y ahora nuestras casas. Un socialismo inverso, donde la
mayoría de las ganancias se las llevan los más privilegiados.
Donde la exministra del trabajo dice que «solo necesitas un
ingeniero por 2 horas» y el gremio de empresarios propone pagar por debajo del
mínimo a los jóvenes por el simple hecho de no contar con experiencia (como si
no hubieran invertido una millonada en su carrera). A pesar de que el gobierno
solo busque favorecer unos pocos, estas propuestas no son del todo erradas; el
sistema pensional está en crisis, ya que es un modelo piramidal en el que nos obligan
a participar, donde los nuevos cotizantes sostienen a los pensionados.
No hay duda, los jóvenes de la actualidad van a tener que pagar los platos rotos de sus padres que permitieron que un solo fondo como Porvenir administrará el 70 % del dinero de las pensiones, dinero que utiliza para especular. ¡No tendremos pensión ni tendremos casa, ese es nuestro futuro!
Los Chulavitas, origen del paramilitarismo en Colombia
Los 3 caínes
Mi artículo para «Las2orillas»
El centro es una fuerza política que ha tomado mucha fuerza,
gracias a los jóvenes de clase media light que no se interesan mucho por
entender las tesis sino por escuchar el discurso populista que está de moda:
«No polarizar».
Sergio Fajardo: El candidato que se ha ganado el
corazón del típico colombiano que se considera capitalista porque puede sacar
un televisor de 50 pulgadas a 24 cuotas, endeudarse para viajar a Cartagena y
tomarse fotos para subirlas a sus redes sociales y tener un trabajo «estable»
tercerizado por una temporal con la que sostiene un contrato por obra o labor y
lo pueden despedir sin pagarle indemnización. El colombiano que piensa que es
posible ser rico leyendo autoayuda o siendo «socio» de una multinivel que comercia
pésimos productos a precios absurdos.
Federico Gutiérrez: un despeinado ingeniero civil que
nos demuestra que tener un diploma universitario en la pared no nos hace
educados. Un hombre que nunca tuvo que luchar por conseguir nada, todo le cayó
en sus manos; por eso, se considera con el derecho de criticar políticos como
Gustavo Petro que sí conocen el sufrimiento del pueblo. Un hombre que decía ser
independiente, pero cuando ganó las elecciones a la alcaldía de Medellín,
mostró sus intereses por ser miembro de la cúpula del centro democrático.
Daniel Quintero Calle: Otro ingeniero despeinado; la
diferencia es que, este tiene un título de ingeniero eléctrico. Siguiendo la
misma línea de su predecesor, se lanzó como independiente para ganarse el apoyo
de Medellín; como era de esperarse en la ciudad más derechista de Colombia, fue
elegido para el periodo 2020 – 2023. Un joven chévere que manda a reprimir las
protestas pacíficas de los jóvenes que están ejerciendo su derecho. Un hombre
que tiene gran futuro en la nueva derecha que defiende los intereses de unos
pocos con su discurso populista.
Estos tres políticos parecen diseñados con el mismo molde,
tienen el mismo discurso, privilegiados económicamente, discurso de extremo
centro; pero en el fondo su slogan es «mano firme, corazón grande».
Perfiles de los candidatos a la presidencia del 2022
Colombia
es un país que está atravesando el cambio político más importante de la era
moderna. Un país caracterizado por ser ultraconservador, desigual y violento.
Un país al que muchos tildan de ser la democracia más antigua de América
Latina, cuando en realidad se acerca más a ser la dictadura más estable del
continente más desigual del mundo. Caracterizado por nunca haber tenido un
presidente de pensamiento progresista; todo lo contrario, en doce álbumes
familiares podemos hallar las imágenes de todos los presidentes de los últimos
cien años.
Vamos
a revisar los perfiles de los políticos que pretender ocupar la casa de Nariño
a partir del 7 de agosto de 2022. Un pequeño resumen de la hoja de vida de los
que pretenden estar en la silla presidencial.
Gustavo Petro: Político desde los 17 años, Su primer cargo
fue de concejal de Zipaquirá, ex miembro del ala intelectual del movimiento
insurgente M 19, economista de la universidad Externado y un estadista
brillante que destapó la olla de la parapolítica. Aspiró por primera vez a la
presidencia en 2010 cuando ocupó el tercer lugar, posteriormente fue elegido
alcalde la ciudad de Bogotá donde fue destituido por bajar el precio del
Transmilenio en hora valle. Su destitución por el exprocurador Ordoñez lo puso
en el ojo de la prensa, algo que lo hizo crecer como la espuma, tanto que llegó
a tener la votación más grande que ha tenido la izquierda en toda su historia.
Sergio Fajardo: Matemático de la universidad de los Andes,
hijo de una familia acomodada que le permitió acceder a muchas oportunidades. A
finales de los años 90 escribió dos columnas llamadas: «Uribe el hombre» y el
«gobernador Uribe» donde hizo una fuerte alabanza al polémico expresidente que
supuestamente ha tenido vínculos con su familia. Un hombre que no conocían
fuera de Antioquia hasta el año 2018 que aspiró a la presidencia con su
discurso de «no polarizar». Un hombre que hasta el día de hoy no ha propuesto
nada claro; aunque tiene un discurso bonito.
Rodolfo Hernández: Candidato independiente que se hizo
viral por un video polémico durante su alcaldía en Bucaramanga en 2019; algo
que lo popularizó y lo puso en la mirada de todos los colombianos. Un hombre
que ha dado de qué hablar con sus buenas propuestas para el desarrollo
económico basado en la visión de Joseph Stiglitz. Un abuelo que parece ser
sincero, alguien que está dispuesto a dejar su orgullo a un lado para formar
una alianza de políticos alternativos. Un hombre que no teme decir las cosas de
frente, alguien que ha vivido mucho, una persona que sabe lo que quiere.
Paloma Valencia: Una filósofa brillante para
argumentar lo indefendible, con amplia capacidad de crítica y una oratoria que es
admirada tanto por la derecha como la izquierda. Una mujer que toda la vida ha
estado rodeada los placeres y lujos que brinda ser nieta de un expresidente;
alguien que nunca ha tenido que luchar por ganarse algo, todo lo ha tenido en
bandeja de plata. Miembro de las familias que han vivido toda su vida a
costillas del estado y quiere seguir prolongando esa mala costumbre. La
protegida de Uribe y la que seguramente será su carta para las elecciones del
2022.
Entre los cuatro anteriores está el futuro presidente de la república, una persona que tendrá que tomar un país destrozado por la ineptitud del actual primer mandatario que cada vez demuestra su falta de conocimiento y experiencia.