jueves, 13 de agosto de 2020

Duque, se viene la mayor movilización de la historia de Colombia

 Mi artículo para «Las2orillas»


El presidente Iván Duque ha cumplido dos años de nefasto gobierno, en el que demostró que no tiene concepto de Estado y que solo es un servidor público del uribismo. No ha podido hacer nada bueno por el país; por el contrario, lo destruyó. Lo que mejor hace es seguir las órdenes de Álvaro Uribe; incluso si tiene que pasar por encima de la justicia para defenderlo.

La coyuntura actual ha traído consigo muchos problemas para el país: desempleo, inflación y el mayor problema sanitario que ha enfrentado el país. Duque, el candidato del que nadie esperaba nada; nada está haciendo. Su gobierno está hundido en la crítica que ha sabido aprovechar la oposición para hacerlo ver como lo que es, un tinterillo sin experiencia para gobernar, el que llegó al cargo más importante del país de la mano de un desprestigiado expresidente en decadencia. El único talento que se le ha conocido es el de ser un buen presentador de televisión, en un programa que protagoniza junto a sus jóvenes e ineptos ministros (yuppies más ignorantes que él). El presidente sorprendió a todos, nadie esperaba que llegara a tener ese pésimo rendimiento, la burla de todos.

Este gobierno ha sido sin duda lo peor que le ha pasado a Colombia; incluso por encima de la pandemia. Estamos viendo el estallido de las políticas neoliberales impulsadas por la ultraderecha criminal, medidas que solo enriquecieron y siguen enriqueciendo a la misma oligarquía mafiosa que controla el Estado. El Centro Democrático está lleno de políticos que son investigados por los delitos más graves, el partido más dañino que ha tenido nuestra supuesta democracia

El país está cansado de los partidos de ultraderecha que nos convirtieron en un narcoestado que exporta la mayoría de la droga del mundo, una vergüenza a nivel internacional. Los colombianos ya entendimos que la única solución es la movilización social intensa, pronto se llenarán las calles de gente movida por la ira de aguantar tantos meses encerrada y sin el más mínimo apoyo del Estado que solo se preocupa por salvar las empresas que financian las campañas de su malévolo Centro Democrático. Esta protesta será algo nunca visto en la historia de la nación, las personas no abandonarán las calles hasta que se les escuche. La fuerza pública no podrá controlar esta furia incontrolable que va a pedir la cabeza de Duque. Con la orden de detención a su máximo representante, este movimiento no quedará más que en un mal recuerdo para la democracia del país.

lunes, 3 de agosto de 2020

Si Uribe no quiere ir preso, que vaya a la JEP

Mi artículo para «Las2orillas»


La oligarquía colombiana ya le terminó contrato al polémico expresidente Álvaro Uribe Vélez, el presidente más investigado de la historia del país. La prensa ya no se esfuerza por defenderlo, ni siquiera los medios tradicionales financiados por los mismos dueños del Estado.

Uribe ha sido el presidente que más sentimientos ha despertado en la historia del país: muchos los defienden a capa y espada con argumentos impuestos por los medios de comunicación y otros lo odian por ser uno de los mandatarios que más daño les ha hecho a los colombianos.

Durante el gobierno del presidente eterno se registraron una tercera parte de las víctimas del conflicto armado, sin contar con que es el único presidente que ha modificado la constitución para hacerse reelegir, un hombre con muchas investigaciones congeladas, un instrumento de las familias que se han venido robando el país, un pésimo administrador que destruyó la economía nacional, un extremo conservador que simpatiza con las ideas clasistas, un leguleyo que persigue ilegalmente a la oposición, un personaje con posibles relaciones con paramilitares y con muchos amigos en la cárcel, una persona con más de 28 procesos judiciales en su contra en la Corte Suprema de Justicia (que no avanzan y que han generado varias críticas a nivel nacional en torno a la crisis judicial de Colombia), entre muchas otras cosas.

No se puede negar que en la actualidad es el político más importante del país, una persona que mueve masas y pone presidentes, aunque sean incompetentes. Además, es una de las personas más poderosas del país, apoyada por muchos que vieron en su seguridad democrática un avance para Colombia, pero que ignoran todos los procesos judiciales en los que ha estado involucrado. A la larga, Uribe se ha vuelto incómodo para los señores del poder que manejan los hilos de la política mientras están en sus lujosas mansiones bebiendo licor.

En el personal, no creo que Uribe sea un criminal que se ha apoderado del Estado, pero tampoco que sea inocente de todo lo que se le acusa. Es simplemente un instrumento de las mismas familias que han tenido el poder desde hace doscientos años. Si no es Uribe, será otro; ese otro son los llamados tibios o partidos de centro que llaman a "no polarizar"; los nuevos sucesores de la ultraderecha que ya no quiere tener nada que ver con su empleado más fiel.

El miedo no es que vaya preso, sino a que ponga en evidencia a sus jefes; algo que no pasará, ya que ellos son los dueños de la justicia. El desprestigio de este señor va a ser lento, pero seguro.

lunes, 20 de julio de 2020

El llamado "centro", la nueva derecha

Mi attículo para «Las2orillas»
Por Kevin Ríos Aguirre


Colombia está atravesando uno de los cambios políticos más importantes de la historia reciente: la mayoría de las personas ya no confían en el uribismo, que cada vez ve más desgastada su imagen; esto lo saben los señores detrás del poder, por eso ya tienen preparado su nuevo candidato.
En los últimos años, los partidos de centro han venido tomando mucha fuerza. De hecho, este movimiento político cada vez gana más popularidad entre las personas de clase media light que no quieren tomar partido, no en vano la Alianza Verde ha cogido fuerza, al igual que Sergio Fajardo, Claudia López y Jorge Robledo. Ellos se han ganado un lugar con su discurso de supuesto progresismo; sin embargo, aunque hablan como la izquierda, gobiernan como la derecha que siempre nos ha oprimido.
- Un Sergio Fajardo, nacido en cuna de oro y con vínculos extraños sobre los que no ha querido dar explicación, aunque no se preocupa por las marchas estudiantiles, es el candidato preferido por los jóvenes que aprenden de política por memes en redes sociales y piensan que la izquierda y la derecha son igual de peligrosas.
- Una Claudia López que solo busca sacar provecho de la crisis, contradiciendo a un ilegítimo presidente para ganar más popularidad en las encuestas, mientras busca demoler uno de los hospitales más importantes de América y destruir todo lo hecho por Petro. Una mujer que piensa que gritar la hace buena oradora y que habla de los derechos de los pobres, mientras gobierna con un estilo similar al de Peñalosa.
- Un Jorge Robledo que está acomodado en una posición de crítica contra el establecimiento; cuando al mismo tiempo dejó tirado el proyecto de cambio para el 2018, basándose en sofismas como "la toxicidad de Petro". Un ladino que nunca ha hecho nada para mejorar el país, un prepotente que no puede aceptar que nunca será presidente por más que se esfuerce.
Tenemos que abrir los ojos, ya no estamos en el 2002, el establecimiento ya le terminó contrato a Uribe. Debemos fijarnos muy bien en los sucesores de las políticas que nos han venido saqueando por años. El supuesto centro es el brazo izquierdo de la extrema derecha, que nos convirtió en un narcoestado que exporta la mayoría de la droga del mundo y nos tiene condenados a ser un país subdesarrollado.

jueves, 16 de julio de 2020

¿Empeñar el país, la última carta del uribismo?

Mi artículo para «Las2orillas»



La extrema derecha, representada por el uribismo, está viendo amenazada su permanencia en el poder: los colombianos ya no confían en los medios de comunicación y el expresidente Álvaro Uribe cada vez cae más bajo.

Colombia es el único Estado que se hace llamar demócrata, al mismo tiempo que utiliza algo tan grave como una pandemia para orquestar el robo más grande de la historia: el país está en manos de unos pocos que lo controlan a su favor y funciona para las grandes mafias y oligopolios.

No hace falta entender mucho de política para darse cuenta de la ineptitud de un gobierno que baja los intereses a los bancos con la excusa de inyectar liquidez a la economía nacional, cuando lo más probable es que esté pagando favores a las grandes empresas que invirtieron en la campaña de Iván Duque y que ahora quieren ver sus ganancias (Grupo Aval, por ejemplo, financió más del 66 % de la campaña del actual presidente).

Sea como sea, la actual coyuntura mundial le otorgó poderes dictatoriales al presidente más ineficiente de la historia: un bailarín que dispone de un programa de telerrealidad todos los días a las 6: 00 p.m. para hablar tonterías y tratar de maquillar su falta de inteligencia e inoperancia; un sujeto que nadie conocía y que llegó por una lista cerrada a la política; un ineficiente que nunca obtuvo un solo voto por sí mismo, ya que todo lo ha conseguido sentado en las piernas del peor presidente que hemos tenido que padecer y el respaldo de una mafia que ha conseguido todo su poder por las vías más violentas.

Todo indica que el próximo presidente, que seguramente será Gustavo Petro, tendrá que recibir un país en llamas: con las empresas públicas privatizadas, el peor hueco fiscal y una nación cansada de que la sigan saqueando. En esa escenario, Petro no podrá gobernar tranquilo ni mucho menos implantar alguna de las reformas que ha propuesto, por lo que deberá arreglárselas para sacar adelante a un país en quiebra; es decir, se limitará solo a tapar huecos.

Este es el último año que vemos a la mafia en el poder, algo que ellos saben. Por eso parecen estar saqueando nuestros recursos, mientras nosotros estamos asustados y quebrados por la coyuntura nacional. Debemos estar preparados para el mayor escándalo que se haya visto en toda nuestra historia: todo parece indicar que se están repartiendo el país.

Reforma agraria, la fórmula para el desarrollo de Colombia

Mi artículo para «Alponiente»



Colombia es un país subdesarrollado de Sudamérica que se caracteriza por dos cosas ante la mirada del resto del mundo: el conflicto interno que tuvo que sufrir por décadas y los grandes narcotraficantes que ha gestado la nación cafetera. Todos los colombianos saben que el país está en vías de desarrollo y azotado por la corrupción, pero la mayoría desconoce la verdadera razón de lo anterior y simplemente se dedican a criticar la guerrilla de las FARC. Si pudiera resumir todos los males de Colombia, en una palabra, esta sería «territorio».
Colombia ha estado sumido en un conflicto interno desde el día que se dio el grito de independencia el 20 de julio de 1810. Tuvo un gran auge con la «guerra de los mil días» entre el gobierno contra un grupo de guerrillas mal organizadas que fueron derrotadas por el partido conservador de gobierno que iniciaría una hegemonía hasta el año 1930, día en que los liberales tomarían una sangrienta venganza contra los simpatizantes del partido conservador. Esta guerra llegaría a su punto máximo con el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán en 1948, hecho que iniciase un periodo conocido como «la violencia» que desató una ola de sangre que no calmaría sino hasta que en 1953 el general Rojas Pinilla se tomó el poder por la fuerza para otorgar una amnistía a los criminales de ambos partidos para que cesara la violencia (aunque los hechos violentos se prolongaron hasta 1958).
La violencia desatada entre 1948 y 1958 fue la causa de la muerte de entre 113.000 y 300.000 personas y el posterior desplazamiento forzado de más de 2 millones de personas que tuvieron que salir corriendo a la capital en un país feudal que contaba con apenas 11 millones de personas para la época. Este acto deplorable trajo consigo una idea a los grandes empresarios, terratenientes y ganaderos; financiar grupos armados ilegales que perturben a la población civil que se verá obligada a vender sus tierras a un precio absurdo. Era la época dorada de los poseedores de tierras que financiaban grupos paramilitares como «los pájaros» que tenían apoyo del gobierno ultraderechista que asesinaba a todos los que se atrevieran a pensar diferente. Era la época de la guerra fría que exigía escoger un bando, la revolución cubana fue éxito y el Che Guevara era un ídolo de masas muy respetado. Colombia no se quedaría atrás, en 1964 el entonces gobierno del presidente Valencia toma la decisión de intervenir militarmente un pequeño territorio del corregimiento de Gaitania, municipio de Planadas en el departamento del Tolima, conocido como «República de Marquetalia». En este territorio, sin control del Estado, habitaba una comunidad de campesinos liderados por Pedro Antonio Marín Marín alias «Manuel Marulanda Vélez» o «Tirofijo» y Luis Alberto Morantes Jaimes alias «Jacobo Arenas», fundadores de la guerrilla de las FARC; empezaría el conflicto interno más largo del mundo. Esta guerrilla inició con la intención de participar en política para impulsar una reforma agraria.
En los años 1970, un narcotraficante llamado Pablo Escobar Gaviria inicia su monopolio de envío de drogas al exterior e importa el narcotráfico a Colombia. En este periodo nace una nueva elite de narcos que financian campañas políticas de derecha; los mismos empresarios que financiaban grupos ilegales a beneficio propio, ahora tenían la tierra para cultivar y el apoyo del estado, inundaron el país de cocaína. En los años 1980 con la fundación del partido «Unión Patriótica» que tuvo gran acogimiento entre los ciudadanos. El establecimiento gobernado por unas pocas familias no podía renunciar al poder tan fácil, así que tomó la idea de asesinar sistemáticamente a todos los miembros del partido, dando muerte a más de 5 mil miembros. La guerrilla renuncia a la paz y toma la decisión de secuestrar, cuidar cultivos de coca y realizar «pescas milagrosas» para financiarse. Todo el país giraba en torno a la droga que era muy demandada por los nuevos empresarios estadounidenses con el auge del internet.
A finales de los años 1990 la guerrilla comunista empieza a sembrar su propia coca y extorsionar a los narcos de la época para quitarles el monopolio de la droga; estos no se quedaron atrás, su contrataque fue financiar las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) con apoyo de funcionarios del gobierno. Empezaría la última etapa de la guerra interna que tuvo sus máximas consecuencias en el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez donde se registró una tercera parte de las víctimas. Uribe tomó la decisión de extraditar a los grandes jefes paramilitares, prefirió que pagaran sus penas en Estados Unidos por narcotráfico en lugar de que confesaran sus delitos en territorio nacional.
Los crímenes cometidos en Colombia han quedado en el olvido, un país donde los criminales mueren y seguirán muriendo impunes; por estos delincuentes no me refiero a los pobres que empuñaron las armas, sino a los grandes políticos, empresarios y terratenientes que no quieren que se sepa la verdad. Se tiene que saber quiénes fueron los grandes despojadores de tierras en el país, de esa forma podemos implementar una reforma agraria que impulse el desarrollo; de lo contrario, seguiremos siendo un país del tercer mundo, el país de los narcos.

jueves, 2 de julio de 2020

La crisis económica por Coronavirus

Mi artículo para «Las2orillas»
Por Kevin Ríos Aguirre

Para nadie es un secreto la gran recesión que ha desatado la actual pandemia que nos azota. Una enfermedad que provocó el confinamiento de la mitad del mundo, provocando el cierre de la mayoría de las actividades económicas, con excepción de algunos sectores de primera necesidad.

 

Latinoamérica es el continente más afectado por la cuarentena obligatoria, ya que es el continente más desigual y al mismo tiempo el más pobre; un lugar donde prima el trabajo informal y los bajos salarios. Colombia es uno de los países más afectados en esta parte del mundo, una nación que confió su salud y vida a los sectores privados que se lucran con un derecho universal. Un sistema sanitario de precarias condiciones que nunca ha podido atender a toda la población que lo requiere, donde las personas tienen que esperar horas infinitas en las puertas de los hospitales para ser atendidos.

 

La única opción que tuvo el presidente Iván Duque fue una de las cuarentenas más prolongadas que se han llevado a cabo en occidente. Esto provocó que la mayoría de las personas que se vieran drásticamente afectadas; tanto los informales que viven del día a día sin tener derecho a pensión ni seguridad social, como los empleados que tuvieron que ser despedidos porque sus empleadores quebraron. Los analistas económicos predicen que no vamos a salir de las crisis hasta el año 2021.

 

Una crisis que no quiere dejarnos en paz, una coyuntura que se transformó en un fenómeno de la economía; la peor crisis de la historia.


Iván Duque, el socialista inverso

Mi articulo para «Las2orillas»
Por Kevin Ríos Aguirre

Uno de los temas de actual coyuntura nacional, es la polémica «hipoteca inversa» propuesta por el gobierno del presidente Duque. Algo que ha causado rechazo en la mayoría de los colombianos que la califican como una reforma para empobrecer aún más al pueblo.

 

La hipoteca inversa es una operación financiera dirigida a los adultos mayores de 65 años que posean casa propia; consiste en convertir en dinero el valor que representa su vivienda sin perder los derechos de la titularidad, al morir el dueño del inmueble, la entidad se queda con la propiedad. El gobierno nacional propone esta medida como una alternativa para las personas que no alcanzan a pensionarse. El presidente vende esta idea como una alternativa para que los ancianos puedan tener una vejez digna; algo muy improbable en un país donde solo el 20 % de la población está afiliada en algún régimen de pensiones. Un país donde más de la mitad del empleo es informal, poco más de 10 millones de personas gozan de seguridad social y la tercerización acabó con los pocos derechos que les quedaba a los trabajadores. La derecha que nos ha gobernado desde siempre, ya nos expropió la salud, la educación, la pensión y ahora nuestras casas. Un socialismo inverso, donde la mayoría de las ganancias se las llevan los más privilegiados.

 

Donde la exministra del trabajo dice que «solo necesitas un ingeniero por 2 horas» y el gremio de empresarios propone pagar por debajo del mínimo a los jóvenes por el simple hecho de no contar con experiencia (como si no hubieran invertido una millonada en su carrera). A pesar de que el gobierno solo busque favorecer unos pocos, estas propuestas no son del todo erradas; el sistema pensional está en crisis, ya que es un modelo piramidal en el que nos obligan a participar, donde los nuevos cotizantes sostienen a los pensionados.

 

No hay duda, los jóvenes de la actualidad van a tener que pagar los platos rotos de sus padres que permitieron que un solo fondo como Porvenir administrará el 70 % del dinero de las pensiones, dinero que utiliza para especular. ¡No tendremos pensión ni tendremos casa, ese es nuestro futuro!

Los Chulavitas, origen del paramilitarismo en Colombia

Mi artículo para «Las2orillas»
Por Kevin Ríos Aguirre


La mayoría de las personas en el país da por sentado que los paramilitares fueron un grupo armado que surgió en lo años 1990 para contrarrestar a las guerrillas comunistas. Una mentira que se han dedicado a repetir los medios de comunicación; estos grupos armados ilegales fueron en realidad ejércitos privados del narcotráfico que casi nunca enfrentaron a la guerrilla.

Para entender cómo se formaron los grupos paramilitares en Colombia, tenemos que saber que estos en principio contaron con el apoyo del estado y las oligarquías que no querían perder sus privilegios sobre la tierra (lo mismo que pasa hoy). Los chulavitas surgieron como un grupo armado al norte de Boyacá, compuesto por jóvenes que gozaban de buena posición económica, con un fuerte odio por todo aquel que pensara diferente; no eran mercenarios ni opositores, solo eran delincuentes con ganas de sangre que cometieron los delitos más atroces con un estado que se hacía el de la vista gorda. Defendieron los gobiernos de derecha de Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez contra los comunistas. Sus miembros provenían de la vereda Chulavita del municipio de Boavita.

Estos sanguinarios tuvieron un episodio especial en la violencia, cuando el Secretario general de la presidencia llamó al entonces gobernador José Maria Villarreal, le comentó que los liberales se estaban tomando el país luego del asesinato de su caudillo el 9 de abril de 1948. Villareal convocó de inmediato a todos los conservadores de Tunja y le pidió ayuda a su hermano Camilo Villarreal, quien era el máximo líder conservador en el norte de Boyacá. La madrugada del 10 de abril, los psicópatas llegaron a la capital para controlar la situación, valiéndose de los métodos más violentos.

Cuando el general Rojas Pinilla llegó al poder en 1953, apoyado por liberales y conservadores, dio fin a ese grupo terrorista. El dictador dio amnistía para los delitos cometidos tanto por liberales como conservadores, los perversos quedarían impunes después de haber cometido los delitos más atroces. No contentos con este indulto, pasaron a la clandestinidad con el nombre de los «pájaros», ya que llegaban, cometían sus crímenes y luego huían con mucha rapidez.

Los paramilitares fueron los primeros en traer violencia, además de ser culpables de más de la mitad del desplazamiento forzado (presuntamente siempre han tenido apoyo estatal).


Los 3 caínes

 Mi artículo para «Las2orillas»

Por Kevin Ríos Aguirre


El centro es una fuerza política que ha tomado mucha fuerza, gracias a los jóvenes de clase media light que no se interesan mucho por entender las tesis sino por escuchar el discurso populista que está de moda: «No polarizar».

 

Sergio Fajardo: El candidato que se ha ganado el corazón del típico colombiano que se considera capitalista porque puede sacar un televisor de 50 pulgadas a 24 cuotas, endeudarse para viajar a Cartagena y tomarse fotos para subirlas a sus redes sociales y tener un trabajo «estable» tercerizado por una temporal con la que sostiene un contrato por obra o labor y lo pueden despedir sin pagarle indemnización. El colombiano que piensa que es posible ser rico leyendo autoayuda o siendo «socio» de una multinivel que comercia pésimos productos a precios absurdos.

 

Federico Gutiérrez: un despeinado ingeniero civil que nos demuestra que tener un diploma universitario en la pared no nos hace educados. Un hombre que nunca tuvo que luchar por conseguir nada, todo le cayó en sus manos; por eso, se considera con el derecho de criticar políticos como Gustavo Petro que sí conocen el sufrimiento del pueblo. Un hombre que decía ser independiente, pero cuando ganó las elecciones a la alcaldía de Medellín, mostró sus intereses por ser miembro de la cúpula del centro democrático.

 

Daniel Quintero Calle: Otro ingeniero despeinado; la diferencia es que, este tiene un título de ingeniero eléctrico. Siguiendo la misma línea de su predecesor, se lanzó como independiente para ganarse el apoyo de Medellín; como era de esperarse en la ciudad más derechista de Colombia, fue elegido para el periodo 2020 – 2023. Un joven chévere que manda a reprimir las protestas pacíficas de los jóvenes que están ejerciendo su derecho. Un hombre que tiene gran futuro en la nueva derecha que defiende los intereses de unos pocos con su discurso populista.

 

Estos tres políticos parecen diseñados con el mismo molde, tienen el mismo discurso, privilegiados económicamente, discurso de extremo centro; pero en el fondo su slogan es «mano firme, corazón grande».


Perfiles de los candidatos a la presidencia del 2022

Mi artículo para «Las2orillas»
Por Kevin Ríos Aguirre

Colombia es un país que está atravesando el cambio político más importante de la era moderna. Un país caracterizado por ser ultraconservador, desigual y violento. Un país al que muchos tildan de ser la democracia más antigua de América Latina, cuando en realidad se acerca más a ser la dictadura más estable del continente más desigual del mundo. Caracterizado por nunca haber tenido un presidente de pensamiento progresista; todo lo contrario, en doce álbumes familiares podemos hallar las imágenes de todos los presidentes de los últimos cien años.

 

Vamos a revisar los perfiles de los políticos que pretender ocupar la casa de Nariño a partir del 7 de agosto de 2022. Un pequeño resumen de la hoja de vida de los que pretenden estar en la silla presidencial.

 

Gustavo Petro: Político desde los 17 años, Su primer cargo fue de concejal de Zipaquirá, ex miembro del ala intelectual del movimiento insurgente M 19, economista de la universidad Externado y un estadista brillante que destapó la olla de la parapolítica. Aspiró por primera vez a la presidencia en 2010 cuando ocupó el tercer lugar, posteriormente fue elegido alcalde la ciudad de Bogotá donde fue destituido por bajar el precio del Transmilenio en hora valle. Su destitución por el exprocurador Ordoñez lo puso en el ojo de la prensa, algo que lo hizo crecer como la espuma, tanto que llegó a tener la votación más grande que ha tenido la izquierda en toda su historia.

 

Sergio Fajardo: Matemático de la universidad de los Andes, hijo de una familia acomodada que le permitió acceder a muchas oportunidades. A finales de los años 90 escribió dos columnas llamadas: «Uribe el hombre» y el «gobernador Uribe» donde hizo una fuerte alabanza al polémico expresidente que supuestamente ha tenido vínculos con su familia. Un hombre que no conocían fuera de Antioquia hasta el año 2018 que aspiró a la presidencia con su discurso de «no polarizar». Un hombre que hasta el día de hoy no ha propuesto nada claro; aunque tiene un discurso bonito.

 

Rodolfo Hernández: Candidato independiente que se hizo viral por un video polémico durante su alcaldía en Bucaramanga en 2019; algo que lo popularizó y lo puso en la mirada de todos los colombianos. Un hombre que ha dado de qué hablar con sus buenas propuestas para el desarrollo económico basado en la visión de Joseph Stiglitz. Un abuelo que parece ser sincero, alguien que está dispuesto a dejar su orgullo a un lado para formar una alianza de políticos alternativos. Un hombre que no teme decir las cosas de frente, alguien que ha vivido mucho, una persona que sabe lo que quiere.

 

Paloma Valencia: Una filósofa brillante para argumentar lo indefendible, con amplia capacidad de crítica y una oratoria que es admirada tanto por la derecha como la izquierda. Una mujer que toda la vida ha estado rodeada los placeres y lujos que brinda ser nieta de un expresidente; alguien que nunca ha tenido que luchar por ganarse algo, todo lo ha tenido en bandeja de plata. Miembro de las familias que han vivido toda su vida a costillas del estado y quiere seguir prolongando esa mala costumbre. La protegida de Uribe y la que seguramente será su carta para las elecciones del 2022.

 

Entre los cuatro anteriores está el futuro presidente de la república, una persona que tendrá que tomar un país destrozado por la ineptitud del actual primer mandatario que cada vez demuestra su falta de conocimiento y experiencia.